Igual que tantas diferentes bonitas historias de apego, esta empieza con la desagГјe nocturna.
Estamos en la estaciГВіn primaveral de 2012, desplazГЎndolo hacia el pelo un grupo sobre hombres jГіvenes estГЎ sentado en torno a una mesa sobre Cecconi’s, un suntuoso restaurante italiano sobre Melrose Avenue, en las ГЃngeles. Son apuestos, elegantes… y andan a la caza de hembras. Con la mirada fija en sus telГ©fonos mГіviles, nunca cesan de cursar mensajes a las chicas que conocen, de ver En Caso De Que estГЎn a dispuestas a proceder con ellos.
A dos metros sobre recorrido hay una mesa con chicas que han salido a divertirse. Algunos de los chicos se fija en ellas. Sugiere a las amistades que quizГЎ harГan superior en ocuparse de establecer conversaciГіn con estas chicas. Los miembros mГЎs osados de el grupo se dirigen a ellas.
Sean Rad dispone de 30 aГ±os y no ha transpirado serГВa el consiliario delegado sobre Tinder, la compaГ±Гa creadora de la uso de вЂligoteo’ con el exacto nombre. Y no ha transpirado se rГe al contarme esta leyenda.
В«No hacГamos mГЎs que cursar mensajes a chicas con el fin de que nos acompaГ±aran. Pero bastaba con levantar los ojos de ver que a el bando habГa la mesa entera con chicasВ». Bebe un sorbo de tГ©. В«En ese segundo comprendГ que en ocasiones no terminas sobre darte cuenta sobre lo que posees delante. Continue reading “Mr. Tinder, el hombre que cambiГі el modo de amarrar Con El Fin De continuamente”